sábado, 25 de abril de 2015

If

If you can keep your head when all about you
Are losing theirs and blaming it on you;

If you can trust yourself when all men doubt you,
But make allowance for their doubting too;

If you can wait and not be tired by waiting,
Or, being lied about, don't deal in lies,
Or, being hated, don't give way to hating,
And yet don't look too good, nor talk too wise;

If you can dream—and not make dreams your master;
If you can think—and not make thoughts your aim;
If you can meet with Triumph and Disaster
And treat those two imposters just the same;
If you can bear to hear the truth you've spoken
Twisted by knaves to make a trap for fools,
Or watch the things you gave your life to broken,
And stoop and build 'em up with wornout tools;

If you can make one heap of all your winnings
And risk it on one turn of pitch-and-toss,
And lose, and start again at your beginnings
And never breathe a word about your loss;
If you can force your heart and nerve and sinew
To serve your turn long after they are gone,
And so hold on when there is nothing in you
Except the Will which says to them: "Hold on";

If you can talk with crowds and keep your virtue,
Or walk with Kings—nor lose the common touch;
If neither foes nor loving friends can hurt you;
If all men count with you, but none too much;
If you can fill the unforgiving minute
With sixty seconds' worth of distance run

Yours is the Earth and everything that's in it,

And—which is more—you'll be a Man my son!

(R. Kipling)

jueves, 23 de abril de 2015

Honoris Causa

El profesor Agustín Escolano Benito, catedrático de la Universidad de Valladolid y director del Centro Internacional de la Cultura Escolar (CEINCE), ha sido nominado por el Senado de la Universidad de Lisboa Doctor Honoris Causa por sus méritos académicos y científicos y por la amplia influencia que la acción del CEINCE.


En la imagen aparece junto al que fuera Rector de la Universidad de Lisboa, profesor Antonio Sampaio da Nóvoa. 

Será investido hoy, 23 de abril, Doctor Honoris Causa por la Universidad de Lisboa. Al acto asistirá la secretaria general de la UVA, Pilar Garcés. Agustín Escolano recibirá esta distinción a propuesta del Instituto de Educación de la Universidad de Lisboa que le reconoce como académico, humanista y hombre de ciencia, cuya obra científica va unida a la renovación de la Historia de la Educación Española y Europea. Además, ha tenido en cuenta la colaboración que el profesor Agustín Escolano ha prestado a la Universidad de Lisboa, y en concreto al Instituto de Educación. A partir de la década de los setenta, Escolano liga su vida como docente e investigador a las universidades, primero a la de Oviedo, más tarde y por muchos años a la de Salamanca (1975-1992) y, finalmente, a la de Valladolid, donde fue catedrático de Teoría e Historia de la Educación en la Facultad de Educación hasta el 2010, cuando se jubiló. 


Sede del Centro Internacional de la Cultura Escolar. Berlanga de Duero. Soria

Su última iniciativa fue la creación en 2006 del Centro Internacional de la Cultura Escolar (CEINCE), asociado a la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, a la Universidad de Valladolid y a la Junta de Castilla y León, ubicado en la casa señorial del siglo XVI de Berlanga de Duero (Soria). Este centro se dedica al estudio de la cultura de la escuela en una perspectiva internacional y multidisciplinaria. Sus programas afectan a los campos de la memoria y el patrimonio material e inmaterial de la educación, la manualística y documentación educativa y la problemática de la escuela en la sociedad del conocimiento. Colaboran con el CEINCE, constituido en lugar de referencia para los investigadores del sector, importantes personalidades académicas de España, Europa y América.





viernes, 17 de abril de 2015

El CSIC se olvida de su herencia franquista

Tal día como hoy, hace 75 años, Francisco Franco firmó la ley por la que se creaba el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). La institución debía ser una pieza clave del régimen para “la restauración de la clásica y cristiana unidad de las ciencias, destruida en el siglo XVIII”. Ante la” pobreza y paralización pasadas”, reza el texto, se buscaba renovar la “gloriosa tradición científica” del país.

No se puede negar que hubo renovación. Gran parte de la élite científica del país se exilió o fue depurada. Severo Ochoa, que ganaría el Nobel de Medicina en 1959, se instaló en EE UU. México acogió al físico Blas Cabrera, anfitrión de Albert Einstein en 1923, a Ignacio Bolívar, padre de la entomología española, Odón de Buen, pionero de la oceanografía…Otros, como Antonio Zulueta, uno de los primeros impulsores de la genética experimental en el país, o Luis Calandre, introductor de la cardiología moderna, fueron depurados y separados de la ciencia. La lista del exilio científico español tiene al menos 200 nombres. Muchos de ellos formaban parte de la Junta de Ampliación de Estudios (JAE), un organismo creado en 1907, que llegó a presidir Santiago Ramón y Cajal y que supuso el principal impulso de modernización y apertura de la ciencia en España a principios del siglo pasado. El CSIC heredó las infraestructuras de la JAE, pero una concepción de la ciencia totalmente opuesta. El principal auditorio de la JAE que antes acogiera charlas científicas internacionales era demolido y transformado en una iglesia. Para pilotar el cambio, Franco eligió a un cura del Opus Dei, José María Albareda, como secretario general.

El CSIC es hoy el mayor organismo público de I+D del país y uno de los mayores de Europa. El Rey Felipe VI ha presidido hoy en Madrid el acto central de la celebración de los 75 años del CSIC. El aniversario no está exento de polémica, debido a que apenas se ha abundado en los orígenes franquistas de la institución. Entre las ochenta conferencias que se han programado como parte del aniversario hay casi de todo, desde la nanotecnología al fracking pasando por la calidad del aire en Barcelona, o "75 años de vino en el CSIC". No hay ni una cuyo título se centre en los antecedentes históricos del CSIC, en el exilio científico ni en los profesionales depurados por el régimen de Franco.

Esta misma semana, otro acto, en este caso en la Universidad Pompeu Fabra, en Barcelona (UPF), se centrará precisamente en ese capítulo. Historiadores de la ciencia de varias instituciones españolas y extranjeras, incluido el CSIC, participarán durante dos días en un congreso titulado "75 años del CSIC: Ciencia y poder en la España de Franco". Varias ponencias explorarán la represión de la ciencia de la JAE, la visión “totalitaria” de la investigación del consejo o el papel clave que jugó el cura Albareda en la primera década del CSIC.

“Mi impresión es que se ha improvisado con el programa del aniversario, porque una reflexión sobre el pasado de la institución era fundamental”, explica Albert Presas, historiador de la ciencia de la UPF y organizador del simposio. Este experto lo ve como una oportunidad perdida para entender mejor los problemas a los que hace frente el CSIC. “Si haces una revisión de su historia encuentras razones que ayudan a explicar la situación en la que se encuentra ahora, es necesario y conveniente”, resalta.

“Han dejado a los historiadores de la ciencia del CSIC completamente al margen de la celebración”, dice Puig-Samper. La falta de historia crítica se ve como un problema también desde dentro del CSIC. “Han dejado a los historiadores de la ciencia del CSIC completamente al margen de la celebración”, denuncia Miguel Ángel Puig-Samper, del Instituto de Historia del CSIC. En 2007, Puig-Samper fue el encargado de coordinar el libro de otro aniversario, el de 100 años desde la creación de la JAE, en el que sí se hablaba del exilio científico y las depuraciones tras la Guerra Civil. “Hubo una fractura real entre la JAE y el CSIC, que se construyó sobre sus cenizas, y que no se haga un mayor reconocimiento a esa generación previa de científicos que se exiliaron o fueron depurados como Antonio Zulueta queda feo”, opina. “Están pasando de puntillas por esa historia previa y habría que contarlo”, añade.

El actual presidente del CSIC conoce la historia del organismo que preside. Emilio Lora-Tamayo ha sido presidente de este centro en dos ocasiones, la primera entre 2003 y 2004 y la segunda desde 2012. También tiene muy cerca la etapa del CSIC previa a la democracia ya que su padre, Manuel Lora-Tamayo, fue ministro de Educación con Franco y también presidente del CSIC (entre 1967 y 1971).

En su discurso para celebrar el 75 aniversario, hace una semana en el Congreso de los Diputados, Lora-Tamayo solo citó el exilio científico previo a la creación del CSIC en una frase que no era suya. "Ni siquiera la guerra civil y el exilio de muchos de nuestros mejores científicos fue capaz de yugular la obra iniciada por la junta [JAE]", dijo en una cita de Salvador de Aza. Sí señaló Lora-Tamayo que “la conmemoración de estos 75 años es un excelente momento para recordar y poner en valor el trabajo muchas veces callado y siempre meritorio de todas estas personas y sobre todo de las asociadas a los primeros años del CSIC, que corresponden a la inmediata posguerra, una época marcada por carencias y carestías, por una orientación autárquica de muchas iniciativas y unas rigideces que también encontraron reflejo en el plano de la investigación científica y técnica”. Como parte de los actos del aniversario, Lora Tamayo tenía programada a principios de mes una charla sobre "micro y nanotecnologías para el almacenamiento de información”.

"La fundación del CSIC en 1939 significó la destrucción del tejido científico español construido por la Junta de Ampliación de Estudios", dice CCOO. Este periódico ha intentado infructuosamente recabar la versión del CSIC. La responsable del departamento de prensa de este centro informó que Lora-Tamayo no podía atender las preguntas de este diario.

Herencias recibidas

Esta misma semana el sindicato Comisiones Obreras dijo que no hay “nada que celebrar” en este 75 aniversario. “La fundación del CSIC en 1939 significó la destrucción del tejido científico español construido por la Junta de Ampliación de Estudios, institución clausurada tras la guerra civil, de quien nos sentimos herederos directos”, dijo el sindicato en un comunicado de prensa difundido por Alicia Durán, investigadora del consejo y miembro del Consejo Rector del CSIC en representación de CC OO. “Estamos muy distantes y nos indigna recordar al nacional catolicismo que, en nombre de la fe, expulsó a la generación más brillante de científicos que había tenido este país. Una exaltación que sigue viva en algunos personajes relevantes del CSIC en 2014, como el director de la Revista Arbor, la revista de pensamiento del CSIC”, decía el comunicado.

Los expertos consultados destacan que no se trata solo de hacer memoria. Y afirman que algunos de los mayores problemas que tiene el CSIC actual son una herencia del franquismo. Uno de ellos, dice Presas, es la elección del presidente, que sigue siendo una competencia del Gobierno de turno desde los tiempos de Franco. “A cada cambio político que hay en España se cambia al presidente y este, a su vez, impone cierta marca personal que se transmite a los trabajadores del consejo”, detalla. Lo mismo piensa Juan Lerma, director del Instituto de Neurociencias de Alicante, uno de los más de 120 centros que tiene el CSIC repartidos por toda España. “El Gobierno impone a una persona de su favor y yo pienso que el presidente debería ser elegido por un comité de expertos internacionales que sepa de ciencia”, afirma Lerma.

La burocratización de la ciencia, con científicos funcionarios, también comenzó en los años del franquismo. En la actualidad, el CSIC es nominalmente una agencia, lo que, según muchos expertos, le debería dar más flexibilidad para contratar científicos y manejar sus fondos en función de sus necesidades. Pero la falta del llamado contrato de gestión le impide ser independiente del Gobierno. “El mayor problema del CSIC es que está integrado en la administración del Estado, se rige como cualquier ministerio funcionarial y los científicos no podemos estar regidos por los mismos contratos que un funcionario de Hacienda”, señala Lerma. Este ha sido uno de los principales problemas destacados por el propio Lora-Tamayo en los últimos días, junto a la desaparición de las becas JAE para jóvenes investigadores, que él mismo decretó por falta de fondos.

El Rey alerta de la fuga de cerebros

España se arriesga a sufrir “un lapso generacional” debido a la marcha de jóvenes científicos al extranjero, lo que supondría un “retraso difícil de remontar”. Así lo ha asegurado hoy el rey Felipe VI durante el acto central de celebración del 75 aniversario del CSIC, informa Efe. El país, ha dicho el Rey, no puede permitirse el lujo de formar a jóvenes cerebros para que después tengan que marcharse “sin retorno posible”, un problema que ha achacado a “una tasa de paro inaceptable”. El monarca ha expresado así su preocupación por un problema que afecta de forma importante al mayor organismo público e I+D de España, pero que también a todo el sistema de I+D. Sobre este mal se ha mostrado más optimista Emilio Lora-Tamayo, presidente del CSIC, al decir que la fuga de cerebros existe, pero que se trata de una "leyenda urbana exagerada”, en declaraciones a RNE recogidas por Europa Press. Lora-Tamayo ha destacado que no hay fuga de talento si éste después tiene posibilidad de volver, aunque ha reconocido que actualmente esta situación no se explica solo por la "movilidad" de los investigadores ya que, cada vez más, son "los graduados y doctores los que no encuentran plaza para investigar".

NUÑO DOMÍNGUEZ Madrid 24 NOV 2014 - 20:39 CET

miércoles, 15 de abril de 2015

Rubalcaba en Sevilla

«Tenemos un sistema muy bueno para formar funcionarios, pero no tan bueno para formar empresarios; y estamos muy necesitados de buenos empresarios». El ex ministro Alfredo Pérez Rubalcaba considera éste uno de los pocos defectos del sistema educativo español, cuya buena salud ha defendido frente a quienes «se han propuesto derrumbar un modelo que, sobre todo, garantiza la cohesión social».

Fuera de la primera línea de la política y regresado al mundo universitario como profesor de Química en la Universidad Complutense, el ex vicepresidente del Gobierno, ex ministro de Educación y ex secretario general del PSOE (y 'ex casi todo' en la política española) destacó las bondades del sistema educativo en España, en unas jornadas de debate, Factor U, organizadas en la Universidad de Sevilla precisamente para analizar las últimas reformas legislativas.

En una reivindicación de sí mismo (recordó que fue el padre de la Ley para la Reforma Universitaria) y del sistema educativo heredado de los gobiernos socialistas, Rubalcaba construyó su defensa emulando al escritor francés Gustave Flaubert y a su Diccionario de las ideas recibidas para desmontar los diez tópicos que, a su juicio, se repiten sin fundamento empeñados en denostar nuestro modelo educativo.

Según Rubalcaba, el primero de esos 'lugares comunes' es «que los alumnos están hoy peor preparados que los de antes». Según el ex ministro, esa 'brecha' se percibe desde los tiempos de Platón y es una percepción subjetiva que se desmiente solo contemplando el desarrollo de las tecnologías y el conocimiento generación tras generación.

También intentó desmitificar los resultados de los ránkings internacionales, como el controvertido informe PISA, que promueve la OCDE: «Según ese estudio, Finlandia sería uno de los modelos educativos más eficaces del mundo. Pero, ¿saben ustedes que en Finlandia, a finales del siglo XVIII, no había prácticamente analfabetos? España parte de un atraso de varios siglos. Y en la Educación no valen los atajos», añadió.

Para Rubalcaba, si el sistema español fuera tan deficiente, «¿cómo se explica que nuestros enfermeros, nuestros ingenieros o nuestros arquitectos sean tan demandados en Europa?». Aunque admitió: «Es cierto que tenemos un sistema bueno para formar funcionarios y no tan bueno para formar empresarios; y estamos muy necesitados de buenos empresarios».

¿Sin consensos?

Otro tópico a desterrar sería que en España ha habido siete reformas educativas en los últimos cuarenta años y todas ellas se han realizado sin consenso. «Eso es falso: Hemos tenidos dos grandes reformas generales. Y sí algunas adaptaciones intermedias. Como tampoco es cierto que no se haya buscado el consenso. Quien no ha participado de ese consenso nunca ha sido el PP, ni en el Gobierno ni en la oposición».

Tampoco se ajusta a la realidad, a su entender, que España tenga 17 sistemas educativos diferentes. «La parte general del currículum en el sistema educativo ha sido siempre muy superior a la parte autonómica. La fragmentación se va a producir precisamente con la Ley Wert».

También defiende la Formación Profesional Superior como una alternativa real a la Universidad: «Aunque, en eso sí, estamos muy por debajo de Europa».

Rubalcaba considera igualmente que es falso que la selectividad no sirva para nada porque aprueba más del 90 por ciento de los alumnos presentados. «Nuestro modelo lo conforman el Bachillerato y las pruebas de acceso; y son los centros los que envían a Selectividad sólo a aquellos alumnos que están en condiciones de aprobarla. Ése es su valor selectivo».

El ex dirigente socialista negó también que la española sea una Universidad «mediocre» por su situación en los ránkings internacionales. «Si tenemos en cuenta los escalafones por especialidades, resulta que somos el sexto país universitario en el mundo. Tendremos que mejorar, pero no tenemos una Universidad mediocre».

«En lo que respecta a la 'endogamia', como ocurre con el colesterol, hay una buena y una mala», afirmó. «Soy partidario de mantener el sistema de acreditación nacional y es evidente que los concursos de plazas no pueden resolverse con un procedimiento endogámico; pero la endogamia no es el problema de la Universidad española».

Rubalcaba desmintió, por otro lado, que existan demasiadas universidades y demasiados universitarios en España. Recordó que fue él quien promovió dos leyes para la creación de las dos primeras universidades privadas, pero lamentó que las últimas reformas hayan servido para desregularizar el sector y permitir la aparición de «chiringuitos universitarios con título oficial».

Por último, citó a la secretaria de Estado, Montserrat Gomendio, cuando afirmó que el actual sistema es «insostenible». «Claro que lo es, mientras andemos empeñados en no destinar a la Universidad más allá del 4 por 100 del PIB. Tenemos un problema de ingresos, no de gasto. Y me sorprende que Bruselas no haya puesto pegas a este modelo».

Rubalcaba se refirió a la Ley Wert como «la ley más ideológica de las que se han hecho en España» y resumió su posición con respecto a la reforma impulsada por el Gobierno del PP con una advertencia: «A ver si por potenciar la excelencia nos vamos a dejar atrás a los buenos».