viernes, 20 de mayo de 2016

1 Hogueras

La imagen que abre esta exposición debió ser recogida el Martes 23 de Junio de 1936, en las horas previas a la Noche de San Juan y muestra el regocijo y la alegría de un animado grupo de niños y niñas ocupadas en amontonar y custodiar la pila de objetos que prenderán al anochecer de ese día.

Las tareas de amontonar trastos inútiles o muebles desvencijados por el tiempo como preparación de las hogueras para iluminar la noche de San Juan ha sido siempre motivo de juego, sorpresas, descubrimiento y disfrute para la infancia. La que hemos seleccionado forma parte de las imágenes captadas por Agustí Centelles para ilustrar el quehacer de aquellos niños en los primeros compases del verano 1936 en Barcelona.

Hemos recogido algunas fotografías semejantes para datar y recuperar el contexto vital de la infancia en las fechas previas al estallido de la guerra civil española.



En el periódico La Vanguardia del Miércoles 24 de junio de 1936, se publicó una crónica de esa jornada:
Barcelona. 
LA VERBENA DE SAN JUAN  
Continuó la animación hasta la madrugada. 
Durante toda la noche continuó la enorme animación y el bullicio por las calles de nuestra ciudad. Sus arterias principales, calle de Cortes, Ramblas, calle de Pelayo, plaza de Cataluña y Rondas, fueron un verdadero hormiguero humano desde las primeras horas del anochecer hasta muy avanzada la madrugada. En las barriadas extremas también la animación fue extraordinaria, con sus típicas hogueras y la explosión de petardos y cohetes, diversión preferida de la gente menuda. Una compacta muchedumbre invadió el Parque de Montjuich, donde se celebraba la verbena de la Prensa, que continuó hasta bien entrado el día.  
El concurso de puestos de venta de flores en la Rambla estuvo concurridísimo, y el público admiró complacido el magnífico espectáculo. Los -establecimientos de pastelería y puestos- de venta de las típicas «cocas», permanecieron abiertos hasta primeras horas de la madrugada, dándose la particularidad curiosa de que, a pesar de subsistir el conflicto del ramo mercantil, dichos establecimientos efectuaron sus ventas normalmente, sin ninguna vigilancia. Todos los lugares de esparcimiento, y especialmente los espectáculos al aire libre, se vieron llenos a rebosar. Lo propio ocurrió en todos los casinos, y clubs que celebraron verbenas. En el muelle y en la Barcelonesa, la concurrencia fue también enorme, especialmente en los balnearios y establecimientos de la playa. A la hora de cerrar esta edición no se tiene noticia en ningún centro oficial de que haya- ocurrida el más ligero Incidente. El pueblo barcelonés dio anoche una vez más prueba de su alto espíritu de civismo y de su amor a las tradiciones populares
En Barcelona, la verbena de San Juan es una celebración popular en la que los vecinos, familiares y amigos se reúnen para cenar, interpretar música y encender hogueras. El 23 de junio por la tarde la denominada Llama del Canigó llega a la plaza de Sant Jaume, donde es recibida por las autoridades municipales, el Águila de la Ciudad y los Gigantes de la Ciudad , mientras suena la canción «Montañas del Canigó». A continuación, los representantes de cada barrio cogen el fuego que enciende las hogueras de toda la ciudad.



Con el encendido de las hogueras comienzan las verbenas en las plazas y calles de los barrios barceloneses y, paralelamente, las cenas populares, espectáculos pirotécnicos , bailes y mucha fiesta hasta la madrugada.





La noche del 23 de junio, verbena de San Juan, es una noche mágica en que se celebra el solsticio de verano, con dos días de retraso. Es una celebración que la Iglesia Católica hace coincidir con la fecha de nacimiento de San Juan Bautista y que se ha convertido en una fiesta con elementos y costumbres muy marcados y simbólicos: el fuego purificador, los baños de medianoche, las hierbas de San Juan, las canciones, el baile o los curaciones y más rituales mágicos.




El origen de la celebración de la Noche de San Juan es pagano y forma parte del grupo de fiestas solsticiales, como Navidad. Con una tradición que se remonta a mucho antes de la implantación de cristianismo, es un culto al sol, al alargamiento del día, por el solsticio de verano.

La fiesta de la Noche de San Juan en la ciudad de Barcelona es muy antigua, sobre todo con la presencia central de las hogueras, porque es creencia común que las llamas alejan y asustan a los malos espíritus que campan durante esta noche. De hecho, en el siglo XVIII ya se dictaron leyes que pretendían poner freno a los fuegos artificiales y las hogueras en la ciudad, lo que hace suponer que entonces la tradición ya era muy asentada. Pero la fiesta se ha mantenido hasta hoy a pesar de las prohibiciones y las restricciones durante el siglo XX.